viernes, 7 de octubre de 2011

F I L O S O F I A…

Sí, la juventud moderna se ríe a carcajadas cuando se le habla de FILOSOFIA. Se figura que es un lastre inútil, un bagaje innecesario, una carga de preocupaciones sin trascendencia o sin importancia, ni siquiera útil para la vida diaria.
¡Craso error! ¡Burdas consideraciones de la "Juventud" inconsecuente y vana!

Que ¿Para qué sirve la FILOSOFIA? Pues sencillamente para orientarse en la Vida. La FILOSOFIA, además, sirve para templar el Carácter y dar motivos inspiradores. La Filosofía es la que da significación a la vida, por más que no nos demos cuenta de ello. Viene a ser como la brújula que nos guía, y así mismo la sal de la existencia. Con Filosofía se vive más optimísticamente y con mayor aliento, con mejores ansias y con más definidos propósitos.

¿Y que la Filosofía no tiene propósito en los frágiles y elegantes cuerpos de nuestras muchachas modernas? ¡Inconcebible! La juventud moderna, toda desorientada y expuesta a los azares de la vida compleja y llena de problemas creados por un exceso de civilización mal entendida, necesita más aún de Filosofía, pero de Filosofía sensata, nacida de la cordura y expresiva de vivencias superlativas, trascendentes y de genuina superación. Esto, lo necesitan tanto los hombres arreciados en la lucha por la vida como las almas juveniles y las damas que tienen que forjarse un futuro…

Es lindo, de veras, amiga, andar los camino de la vida con el alma llana, con el corazón henchido de infinitas alegrías proporcionadas por una filosofía amplia y serenizadora, que además llena los ojos de fuego alegre, expresivo de ansias vencedoras. Es bonito, facilita la vida y llena de felicidad.

¿Acaso sabes sonreír ante los embates de la vida? ¿Que no?

¡Pues le falta filosofía!

¿Acaso puedes soportar los dolores de la vida diaria sin perder la paciencia, sin desanimarte y sobre todo sin perder tu buen humor? ¿Que no?

¡Pues otra vez, lo que hace falta es buena, sana filosofía!

¿Es eso ingenuidad? ¿Es esto fantasía? ¡Ni lo creas!

Yo te hablo en nombre de una Filosofía amplia y profunda, pero maravillosamente sencilla, una que se puede explicar sin profundas teorías, ni complejas doctrinas, una filosofía, en fin, que es toda tolerancia y ritmo, belleza y suavidad, por cuanto es la persuasión misma de la naturaleza, encontrándose en el trinar de las avecillas, en el rugir de la olas, en el silbido de la brisa, en la muda sinfonía de las nubes y del firmamento todo y en el parlar incitante de las selvas y de los paisajes que día a día tropezamos.

Es la filosofía de la vida meditada, de las realidades vividas, del sentido de nuestra Conciencia aleccionada por cada experiencia de la existencia.

La Filosofía que nos inspira y hace meditar, que mueve nuestro ser interno a actuar y a elegiacas exaltaciones. La filosofía que nos brinda provechos en cada nueva experiencia de la vida y euforia en todos los instantes. ¡Esa es la filosofía que quiero que comprendas y sigas!

¡Si sintieras la alegría de vivir sin solemnidad y sin vanidad, sin fantasías ni elucubrados acicateos mentales! ¡Si supieras vivir sin preocupaciones y sintiendo el fluir de la vida en toda su plenitud, como en un "negligé" mental, acogiendo con benévola sonrisa y con valerosa indulgencia todas las cosas de la vida!…

¿Es eso pedir mucho? ¡Nada le es imposible a la juventud!

¿Por qué no habría de esforzarse también en lograr felicidad, en vez de desgastar sus energías en vanas conquistas que sólo siembran desesperación en su mente, desolación en su corazón y miserias sin nombre en sus cuerpos? Las ilusiones se desvanecen, como nubes, cual humo de cosas vanas, pero los valores de la Conciencia permanecen indefinidamente. Por eso quiero decirte lo grandioso que son las cosas que arraigan hondamente en el ser y surgen incesantemente a cada momento de nuestra vida para embellecerla y orientarla en lo mejor de la existencia.

Sé sincera siempre. No trates de conseguir cosas por el mero hecho de obtenerlas, para luego cansarte de ellas. Más vale la satisfacción de tu interno ser que todas las riquezas mundanas y que todos los halagos asequibles.

Sepa recogerse a solas, para coloquiar con la verdadera personita que eres; es decir contigo misma, con la que Permanece a pesar de todos los cambios que vas sufriendo en el curso de la existencia.

Busca el valor de la experiencia. No importan tanto los trances como los resultados; es decir, no son los golpes los que enseñan, sino la manera como se reciben y como se reacciona ante ellos. Es preciso pasar por la vida recabando de ella todo lo bueno que encarna o significa. Cual abeja, trate de que cada nueva experiencia sea como un motivo para libar mayor miel o para conseguir mayor belleza para ti.

Ama sin calcular el momento de felicidad ni el saldo de la desazón que pueda arrojarte el amor. El amor es lo que se le hace. Nadie ama más de los que es amado, o merece ser amado más de lo que ama. El amor es correspondencia; lo demás es amor propio, vanidad o pasión imbécil. No te arrepientas nunca de haber sido demasiado buena, ni trates de reprocharte por tus buenas acciones. En amor, todo es licito y bello, y cuando no se trata de amor, la bondad jamás tiene precio.

La vida es admirable, triunfante, buena, en la medida que sepamos comprenderla y cooperar en sus desenvolvimientos, con voluntad firme y sana y con pensamientos nobles y dignificantes.

Todas las penas reconfortan, todos los dolores del corazón enaltecen, todas las desdichas son provechosas, pues el sufrimiento trae consigo sus propias mieses, mieles y glorias.

Sé tolerante, comprensiva y dulce, siempre. Sean estas condiciones las bases de tu vida, y serán los pilares de tu felicidad.

No remedes nunca a los demás, ni debes evitar corregir tu criterio cada vez que te encuentres en duda o ante nuevas evidencias. Las ideas y las creencias forman el tono de nuestra vida. Y puesto que la vida evoluciona, ¿Por qué no habrían de modificarse nuestras funciones mentales, nuestros sentimientos y nuestras vivencias?

Vive con afán, fervorosamente, con vehemencia en todo cuanto crees, haces o piensas. Pon intensidad a tu vida. Dale sonoridad, significación, clasicismo a tu vida. ¡Solamente así conseguirás vivir dichosa!

El entusiasmo es señal de salud. El júbilo revela sencillez y bondad. La belleza de la vida sana es la máxima pompa que se puede lograr. No quiero decirte más. Trata de sentir la vida así y habrás de notar lo grandiosa que es, a pesar de todo.

¡Tales son los beneficios de la filosofía!

Pero perdóname, amigo, si he pecado abusando de tu paciencia, pues todo esto, debía habértelo dicho en forma de poema.



Swami Jñanakanda

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