jueves, 6 de octubre de 2011

ALGO SOBRE LOS ROSA CRUZ


Los Rosa Cruz son grandes místicos que pasan la vida entregados a realizaciones superiores, de un género metafísico amplio que abarca toda la escala de las realizaciones humanas.

Son seres extraordinarios. Muchos historiadores y pensadores han creído ver en ellos los directores de la evolución humana. Esto se encuentra clara y ampliamente expresado en la bella obra de Lord Bulwer Lytton “Zanoni”. Además, la vida de singulares personajes como lo fueron el Conde de St. Germain, Apollonius de Tyana, Bacon. F. Hartmann, Blavatsky, entre los más conocidos, nos dan la impresión de que tales extremos no carecen por completo de verosimilitud.

En Europa, ya desde el siglo XV, se oye hablar de los Rosa Cruz. Son vagos cuchicheos, es cierto, pues ni siquiera se sabe quienes son ni de donde vinieron ni quienes son sus dirigentes. En el siglo XVII, ya aparece con más sentido y fuerza. Varios pensadores se atreven a mencionar los Rosa Cruz. Aparecen escritos en forma de pasquines que llevan sus encabezamientos. Se oye, hablar de un tal Cristian Rosenkreutz, que muchos creen ser un hombre, pero no es más que un nombre genérico, que quiere decir ROSA CRUZ CRISTIANA. La verdad es que representa un movimiento, que luego había de perfilarse con rasgos agudos de trascendente designios, pues aparece en medio de los conventos cristianos. El mote de “cristiano” es más bien un disfraz, como para facilitar su difusión y aceptación en una Europa caótica a pesar de los destellos intelectualistas mal llamado “Renacimiento” de la época que entonces fenece. Esta Rosa Cruz es la responsable por el singular y trascendente fenómeno llamado hoy “Reforma”.

Después de esto, los Masones aparecen con sus caracteres. Se pretende que fueron los Jesuitas quienes establecieron en la Masonería el Rosa Crucismo. Es posible. Pero los Jesuitas eran entonces Rosa Cruz. Por lo menos lo eran quienes dieron a la Masonería este importante si no más interesante de todos los Grados filosóficos de este movimiento.

Pero no debe confundirse el Grado 18 o Rosa Cruz de la Masonería con los Rosa Cruz místicos. La masonería es puramente simbólica. Los Rosa Cruz son genuinos pensadores, excelsos metafísicos y Espirituales profesos, aunque no poseen órdenes ni clero ni tienen religión organizada. La verdad es que el Rosa Cruz no es un sistema, sino meramente una disciplina y a lo mejor solamente un procedimiento de conciencia y una actitud edificante de la mente culta y debidamente orientada.

Los verdaderos Rosa Cruz no hacen alarde de sus conexiones con lo Infinito. Su Comunión Espiritual constituye una genuina Fraternidad Sublime, pero nadie sabe de ella sino siendo miembro integrante de ella, y entonces se descubre que en esta sapiencia no existen vanidades ni ceremoniales ni fantasías de las tan comunes entre los sistemas humanos.

Se habla de Mantram o “Palabras de Poder”, voces mágicas que, una vez debidamente pronunciadas, producen efectos milagrosos. Estos son cebos para ilusos, ridículas fábulas de explotadores de la credulidad humana. Alguien hubo de decir que mediante tales “Mantrams” se presentan los Maestros de Sabiduría. No se haga tan necias ilusiones nadie, que los Maestros no son tan infelices ni tan esclavos de cualquier iluso que les requiera.

¿De donde proceden los Rosa Cruz? – Esto es otro asunto, y el día que se haga el historial de estos sabios, se conocerá la verdad acerca del desarrollo de la civilización en Europa.

La mayoría de las gentes se figuran que para ser “espirituales” basta con creer en postulados y enunciados bajo una égida cualquiera de culto consagrado, o dimanar de un sistema o de una organización que conviene en llamar respetable, exclusiva o superior. Otras, menos exigentes, o más ilusos aún, se contentan con aceptar las enseñanzas que más les parece verosímiles o que mejor satisfacen sus necesidades.

La verdad es que para lograr realizaciones de carácter genuinamente Espiritual, es indispensable visualizar rasgos del conjunto, o mejor dicho, el sentido de la Realidad trascendente. No es todo creer, hay que sentir y vivir, realizar, estremecerse en conciencia dentro de lo infinito de estas características concebidas o realizadas. La FE por sí sola, no es indicio de Espiritualidad, sino meramente de posibilidades, de intención, de predisposición para una indispensable superación, y en fin de inquietudes y ansias de realizaciones concientes. Es apenas el comienzo, es decir, las condiciones elementales para todo logro realmente Espiritual.

No debemos confundir lo intelectual de nuestras disquisiciones, la emocionalidad de nuestros sentimentalismos piadosos ni el fetichismo de nuestras supersticiones, entregándonos a cualquier doctrina fantástica por el mero hecho de que nos parecen misteriosas y por lo tanto capaces de reunir, traducir, promover o revelar soluciones a nuestros problemas y a nuestras cuitas interiores, o darnos como por ensalmo la requetebuscada Verdad, clave de todos los milagros y fuente de todos los misterios.

Solamente una genuina METAFISICA, en el sentido de realización del sentido de la vida, nos conducirá a una comprensión apreciable de los motivos superiores de la existencia y en fin el valor de las realizaciones trascendentes de la conciencia, que son los caracteres del Espíritu en sus diversas y múltiples actualizaciones.

El Misticismo ROSA CRUZ tiene de particular el que es una realización de esta Metafísica totalitaria, integral, ecuménica, trascendente y fundamental de la vida, y lo que es importante, rebasa los límites de la mera teoría para ser una realidad práctica en quienes lejos de contentarse con doctrinas y dogmas exotéricos y catequistas prefieren con clara noción de las cosas pasar por los estadios disciplinarios que preparan al ser para superiores vivencias.

Swami Jñanakanda
 

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